reportaje fotográfico industrial

El reportaje fotográfico industrial: Todo lo que necesitas saber

Realizar un buen reportaje fotográfico industrial es de vital importancia para dar a conocer nuestra empresa al mundo. Aunque en la actualidad esta clase de reportajes suele ir destinada únicamente a su utilización en formato digital (normalmente sirven como ‘base gráfica’ de la web de una empresa, es decir, como marco del entorno a través del cual va a proyectar sus valores a su público objetivo), en algunas ocasiones también son editadas y lanzadas en formato físico (en catálogos o revistas del sector al que pertenece la firma, sobre todo). Este detalle deberá quedar claro desde el primer momento, ya que tanto la realización del reportaje como la posterior edición de las imágenes varían de forma considerable atendiendo al formato en el que luego vayan a ser presentadas.

El primer paso de todo reportaje fotográfico industrial es concertar una reunión entre el fotógrafo encargado del proyecto y los directivos (y/o los responsables del equipo de marketing o comunicación) de la empresa implicada. De esta reunión (el llamado ‘briefing’) saldrán los puntos básicos a partir de los cuáles comenzaremos a trabajar, como por ejemplo cuál es el objetivo básico que se persigue con la sesión fotográfica, qué tipo de imagen corporativa se quiere proyectar, qué tipo de target (o público objetivo) ha de tenerse en el punto de mira, qué estética y/o tono han de prevalecer, etc. Contexto y guión del reportaje fotográfico

El siguiente paso que el fotógrafo debería dar sería acudir a conocer el lugar en el que se realizará el reportaje. En caso de que esto no sea posible (porque la ubicación de las instalaciones de la empresa es remota, por ejemplo), el profesional o la agencia fotográfica al cargo del proyecto solicitará algunas imágenes a los responsables de la empresa (que podrán ser sacadas de sesiones anteriores, tomadas con un teléfono móvil etc.).

Asimismo, el fotógrafo habrá de tener claro si el personal de la empresa va a aparecer en las imágenes del reportaje, ya sea como parte protagonista de las mismas, ya en calidad de extras o figurantes. Y, en la misma línea, deberá quedar claro desde el principio (desde el briefing) el grado de preparación de las escenas. Es decir, la puesta en escena: ¿habrá abundancia de fotografías que representen acciones en las que los trabajadores aparezcan realizando labores cotidianas? ¿O más bien prevalecerán retratos asépticos del lugar de trabajo? ¿Una combinación equilibrada de ambas?

Llegados a este punto, el fotógrafo estará en disposición de ponerse manos a la obra con la confección de uno de los elementos clave para la óptima realización de todo reportaje fotográfico industrial: la elaboración de un guión pormenorizado de la sesión. En este se detallaran aspectos como el tipo de planos que se realizarán, el orden en el que serán tomadas las fotografías, las estancias que serán ‘retratadas’, el número aproximado de instantáneas que deben sacarse, etc. Edición de las imágenes

Una vez finalizada la sesión fotográfica propiamente dicha, llega la hora de pasar las imágenes al ordenador para realizar una criba. De este modo (y siempre teniendo en cuenta todos los parámetros descritos con anterioridad), el fotógrafo podrá seleccionar las mejores fotografías para presentárselas al cliente. En esta primera etapa del tratamiento, la edición de las imágenes será mínima (retoques básicos de luminosidad, encuadre, contraste, etc.). Una vez el responsable de la empresa haya visto las primeras fotografías elegidas por el profesional y dado su opinión al respecto, el fotógrafo sacará las conclusiones pertinentes, a partir de las cuales volverá a realizar una segunda selección, esta vez profundizando en la línea apuntada por los gustos del cliente.

Será entonces cuando comience el segundo proceso de la edición y el posterior procesado de las imágenes. En esta etapa, el fotógrafo focalizará su atención en los aspectos necesarios de cara a obtener el mejor resultado posible: aquel que aúne su particular perspectiva profesional y estética (su mirada y estilo únicos) con las necesidades y deseos apuntados por el cliente tras la primera puesta en común de las fotografías.  

Antes de la entrega final del reportaje fotográfico industrial, se procederá a mostrar las imágenes al cliente por segunda vez, para que, en caso de que sea preciso, el fotógrafo realice los ajustes y retoques necesarios.

Qué es la fotografía corporativa y por qué debes darle importancia

Suele denominarse fotografía corporativa al conjunto de instantáneas que forma parte sustancial de ese todo más amplio que es la imagen corporativa de una marca. La imagen corporativa (también llamado branding corporativo) está formada por, además de las fotografías, el resto de elementos gráficos que dotan de coherencia gráfica a una firma y sirven para hacerla reconocible, tales como el logotipo, los colores corporativos, el diseño gráfico de la web, etc.

Cuando nos centramos en la fotografía corporativa de una empresa, sin dejar de atender al resto de elementos gráficos mencionados (ya que la concordancia del conjunto ha de ser una máxima en todo momento), hemos de fijarnos en aspectos tales como el estilo fotográfico, el contenido de las imágenes, las perspectivas, los encuadres, los tipos de planos, la luminosidad, etc. Todas estas facetas deben estar bien definidas y responder a un análisis previo del tipo de mensajes que la empresa desea enviar a sus potenciales clientes.

Dada la preponderancia que la imagen ha adquirido en la sociedad actual, por encima del resto de medios y formatos, es imperativo que la fotografía corporativa de toda empresa sea atendida como es debido: como uno de los factores esenciales que, en última instancia y en muchísimas ocasiones, serán determinantes a la hora de que un usuario termine por elegirnos y convertirse en nuestro suscriptor, cliente e, incluso, prescriptor de nuestros productos o servicios.

Primeros pasos: definir el branding corporativo y dejarse asesorar

En primer lugar, serán los directivos y responsables de marketing de la empresa quienes definirán los aspectos básicos relacionados con el branding corporativo. Solo entonces, con las bases bien asentadas (con un logotipo, unos colores y un diseño bien definidos), se lanzarán a la búsqueda de las fotografías que más encajen con su imagen corporativa.

Para ello y atendiendo a factores como el presupuesto y el tiempo disponibles, bien contactarán a una agencia fotográfica, bien acudirán a un banco de imágenes especializado en fotografía corporativa como el que Camaltec Photo pone a disposición de sus clientes. Tanto en un caso como en otro, el asesoramiento previo por parte de los profesionales cualificados al cargo será el primer paso a seguir, incluso en aquellos casos en los que los responsables de marketing de la firma tengan muy claro qué fotografías buscan.

Decisiones clave en fotografía corporativa

Hay ciertos factores que destacan por encima del resto en cuanto a la ejecución y/o la elección de las fotografías corporativas de una empresa, ya vayan a ser estas destinadas a su colocación en una web (como fondo, como complemento explicativo de los textos, etc.), ya en redes sociales (Facebook, Instagram, etc.) o en formatos físicos (pósters, carteles publicitarios, etc.). Dichos factores vendrán determinados por las decisiones previas tomadas por el equipo de la empresa responsable del proyecto junto con los expertos en fotografía corporativa ajenos a la plantilla, y dependerán tanto del tipo de empresa de la que hablemos como del plan de marketing trazado iniciáticamente.

Por ejemplo, si una empresa quiere optar por el arriesgado (pero más que satisfactorio, en caso de éxito) camino de desmarcarse del resto de competidores de su mercado, deberá decantarse por fotografías impactantes, que sigan una línea estética ‘agresiva’ y poco (o nunca) vista en el sector en el que se inscribe la actividad que realiza. Dentro de esta línea estética general a la que nos referimos y que deberán seguir todas las fotografías corporativas en el futuro, habrán de detallarse aspectos tales como la preponderancia o no de imágenes descriptivas (en las que se vean acciones relacionadas con los servicios (o productos) ofertados por la empresa en su contexto), la aparición o no de personas en las fotografías (y, en caso de que sí vayan a aparecer, si son personal de la empresa o actores), un estilo fotográfico marcado o bien uno más ‘generalista’, etc.

Aunque algunos de estos factores son susceptibles de ser alterados en la última etapa del proceso (es decir, tras la elección de las fotografías y antes de su publicación o lanzamiento), mediante la edición, lo más recomendable es que las decisiones importantes sean tomadas con antelación, ya que aunque los actuales softwares de edición fotográfica operan milagros, no siempre pueden rescatar una fotografía de una mala toma o con un contenido inapropiado.